La presencia inquietante, el ideario catastrófico, se renueva y crece.
Alguien dice que las variaciones de lo real
se condicionarán por estar más allá o acá
de una palabra misteriosa cualquiera
(lo que un mago dice).
Y aunque el deliberado silencio se me hace carne
puedo saber que al final de esta historia
duerme soñando la esperanza del abrazo.
Porque, el MISTERIO que acontece tarde es más misterio;
como un fruto, la mordida sin la boca
la boca sin aliento
el aliento sin muerte...
intocables los objetos,
los seres se convocan a revivir en un eterno desafío
a las formas de una razón provocativa e inestable.
Alguien dice:
el que pase a través de un deseo como atravesando la infancia
se convertirá en espejo (lo que un santo dice o un fantasma).
El otro, doble equilibrio
sin igual...
más el viento del cambio, transparencia violenta.
Lo perecedero y lo inmutable.
La palabra desprendimiento extraña (no mía)
la verdad que cambia a cada paso en falso
a cada fragmento de lo que digo y ya no regresará.
Lo que quisiera ser:
un guiño lanzado al aire para la concreción de un todo placentero.
Convertir el milagro de la comunicación descabellada,
en un misterio de habitación cerrada frente al mar
que se abre al secreto del rayo y la tormenta.
Alguien dice que las variaciones de lo real
se condicionarán por estar más allá o acá
de una palabra misteriosa cualquiera
(lo que un mago dice).
Y aunque el deliberado silencio se me hace carne
puedo saber que al final de esta historia
duerme soñando la esperanza del abrazo.
Porque, el MISTERIO que acontece tarde es más misterio;
como un fruto, la mordida sin la boca
la boca sin aliento
el aliento sin muerte...
intocables los objetos,
los seres se convocan a revivir en un eterno desafío
a las formas de una razón provocativa e inestable.
Alguien dice:
el que pase a través de un deseo como atravesando la infancia
se convertirá en espejo (lo que un santo dice o un fantasma).
El otro, doble equilibrio
sin igual...
más el viento del cambio, transparencia violenta.
Lo perecedero y lo inmutable.
La palabra desprendimiento extraña (no mía)
la verdad que cambia a cada paso en falso
a cada fragmento de lo que digo y ya no regresará.
Lo que quisiera ser:
un guiño lanzado al aire para la concreción de un todo placentero.
Convertir el milagro de la comunicación descabellada,
en un misterio de habitación cerrada frente al mar
que se abre al secreto del rayo y la tormenta.
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