jueves, 16 de octubre de 2008

LAS VOCES



Los relatos incandecentes de la tierra
el murmullo inevitable de la cosmogonía crepuscular
logran enamorar a un indecente arrebatador de presagios.

Poderosas crecientes de saber y dulces encuentros
son abstracciones más bellas que las palabras directas,
más difíciles de sostener que el artefacto del ensueño y la espera.

Todos son ahora la consecuencia de alguna parte de mi,
extracto que quisiera saber cuanto quieres y cuánto das;
preguntar al espejo del que interroga si hay por resolver enigmas de amor y caída.

Yo sospecho y deseo...

Reclamo:

Al silencio anterior a todo conocimiento y ley del hombre;
una palabra vértigo portadora de inquieto sabor a miedo.
Y a esa voz que acerca el desamparo a mi ambición,
el recuerdo de lo que alguna vez fué y será.


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