Los relatos incandecentes de la tierra
el murmullo inevitable de la cosmogonía crepuscular
logran enamorar a un indecente arrebatador de presagios.
Poderosas crecientes de saber y dulces encuentros
son abstracciones más bellas que las palabras directas,
más difíciles de sostener que el artefacto del ensueño y la espera.
Todos son ahora la consecuencia de alguna parte de mi,
extracto que quisiera saber cuanto quieres y cuánto das;
preguntar al espejo del que interroga si hay por resolver enigmas de amor y caída.
Yo sospecho y deseo...
Reclamo:
Al silencio anterior a todo conocimiento y ley del hombre;
una palabra vértigo portadora de inquieto sabor a miedo.
Y a esa voz que acerca el desamparo a mi ambición,
el recuerdo de lo que alguna vez fué y será.
el murmullo inevitable de la cosmogonía crepuscular
logran enamorar a un indecente arrebatador de presagios.
Poderosas crecientes de saber y dulces encuentros
son abstracciones más bellas que las palabras directas,
más difíciles de sostener que el artefacto del ensueño y la espera.
Todos son ahora la consecuencia de alguna parte de mi,
extracto que quisiera saber cuanto quieres y cuánto das;
preguntar al espejo del que interroga si hay por resolver enigmas de amor y caída.
Yo sospecho y deseo...
Reclamo:
Al silencio anterior a todo conocimiento y ley del hombre;
una palabra vértigo portadora de inquieto sabor a miedo.
Y a esa voz que acerca el desamparo a mi ambición,
el recuerdo de lo que alguna vez fué y será.
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