jueves, 30 de octubre de 2008

A LA MEMORIA DE NADIE I

Abro con la serie de poesías A LA MEMORIA DE NADIE, el pequeño gesto de gratitud hacia mis maestros-guías en la palabra, en el decir de la vida.


LA INVENCIÓN DEL VIAJE

A Enrique Molina

La tierna y sutil savia de los memorándum
carne y piedra de viaje hacia los trópicos,
blancura gris de siniestra ola que acarrea la infinita pausa de la memoria de todo;
que al final del naufragio ineludible, sobre su cresta, mostrará su única máscara.

Hacia el Fin es que vamos,
remarcando el paso de los días apuñalados por relojes sin más horas que darnos,
por presencias que fueron, a la vez que desaparecidas en el clamor de la batalla,
la pérdida del enemigo más necesario.

Todo se aleja con el calor,
con el estío las mujeres dirigen el sudor del sexo hacia los polos,
para mover las mareas, para mover las mareas;
y hacer de las palabras y los rituales prohibidos por la naturaleza,
la naturaleza misma,
la condición del hombre eternamente enamorado.

La batalla en el cruel clamor de la incertidumbre,
el viaje de sol a sol por los jardines de los cuerpos de antaño,
el recorrido por la humedad divina de las nuevas constelaciones lentamente desnudadas
te sirvieron para hacer del amor la perfecta incorpórea forma de las necesidades.


1 comentario:

charlotte dijo...

solo quiero dejarte saludos, me encontré con tu blog y las primeras dos poesías me encantaron, sera porque estoy atravezada por ellos Molina, increíble, bukowski chapó, un abrazo!