El silencio canta junto a la ventana secreta
y la administración del viento es realizada por migajas
que alguien dejó olvidadas junto al mendigo del tiempo.
La proclama del desvarío
(Que es el Vacío),
se asemeja a algo conocido
que nunca llega a descifrarse.
Es la repetición de los hechos,
la revuelta de las desgracias
una triste condena humana
hacedora de suicidios, los más atractivos, efervescentes o metódicos
(ayer mismo un conocido de mi hermana
saltó a las vías del tren
junto con su novia.
Quisiera saber.
¿Porque lo hicieron?)...
Y aunque quede la experiencia como sostén de este aire de teatro
a veces sentiremos que no sirvió de nada haber atravesado,
porque algo, bello recuerdo, amor o nostalgia, debe ser aniquilado.
Los sacrificios insidiosos.
Hay que ser prácticos,
obligatorio frío
aún sabiendo que en el futuro no podré volver
a confiar/me
por
completo
(este es mi legado,
la orden del día).
¡Miren, allí está la naturaleza de las pasiones!
Naturaleza que pervierte el destino de los más tontos.
Quien cede demasiado hacia algún punto extremo de ella
entenderá al fin que la soledad es la carne
de cualquier pasión o amor perpetuo.
No hay porque asustarse…
sabemos que la duda siempre fue motor del mundo
y que siempre hay un final hacia el cual vamos.
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